miércoles, 9 de abril de 2008


Un hombre y una mujer besandose caminan,
al mar llegan por un sendero de cipreses ennegrecidos,
caminan sobre el agua plana sin olas, sus pasos no se hunden en ellas,
caminan sobre la aurora del amor.
Una brusca tempestad, mezcla de nube oscura y sombra de dolor,
undió aquella maravilla, la eclipsó.
Las siluetas ahora grises regresan hacia mí, ella tiene tu rostro y él,
el de un espejo que me mira, se desvanecen al momento,
como la bruma en presencia del sol.
Sólo quedamos tu recuerdo y yo,
te vas caminando sobre la arena áspera del pasado.
No puedo seguirte, paralizado estoy en la pesadilla
del presente sin ti.